Otra vuelta de tuerca
Un motivo, un festival. Eso parece a tenor de las decenas de certámenes que se celebran por toda la geografía del país. Van desde los inclusivos, hasta los de medio ambiente, los de la España vaciada, de cortometrajes o de archivos. Son los complementos a todos los festivales genéricos y de impacto internacional que comenzaron la guía cinematográfica en los 60´. Y es que el cine como el arte en general tiene que ser reivindicativo, ahora bien, ponemos en tela de juicio si tanto uno como otro deben conformarse con espacios estancos como certámenes o museos, pero ese es otro debate. Ahora presentamos otros festivales que también se han adaptado a los tiempos de pandemia.
Definitivamente es presuntuoso mezclar aquí a Once upon a time in Hollywood, de nuestro amado Tarantino, pero su plena vigencia dentro de la historia del cine lo justifica de forma necesaria. Si la sabiduría de Quentin le ha llevado a hacer un cine minimalista, su relato de historias entrecruzadas nos recuerda a esta última entrega donde un festival con otro no tiene que ver pero que da como resultado una narración, la de ver cine. Tarantino le da una gran vuelta de tuerca al encuentro entre Charles Manson y Sharon Tate, con el cruce de dos personajes crepusculares pero intensos que cambiarán los sucesos de esa noche y de fondo la hegemonía de la televisión sobre el cine, una lucha que no acaba pero que no tiene hoy en día claros ganadores. Ese combate pasa por muchos de los festivales actuales donde las estrellas invitadas, galardonadas y las empresas patrocinadoras son televisiones. El cine no era esto ¿no? Nosotros nos centramos en el cruce de variadas versiones de cine donde se da cabida a géneros menores como el cortometraje, el archivo o la inclusión pero que tienen su protagonismo y sus fieles seguidores.
Festival Internacional de Cine Independiente de Elche (FICIE)
Comenzamos con este evento que ha celebrado su 44 edición del 16 al 24 de julio. Su larga trayectoria confirma el gran interés que suscita el modelo de festival que se centra en los cortometrajes y abarca obras nacionales e internacionales.

A pesar del camino recorrido, los dos últimos años no han sido fáciles por la impertinencia del virus. Según su director, Vicente Sanchís, “la palabra clave sería sufrimiento. A las muchas horas que un trabajo como éste necesita para sacar a un festival de estas características, decano de la Comunidad Valenciana y doble preseleccionador para los Goya, hay que contar el seguimiento constante de la evolución de la pandemia, la anticipación a las medidas de restricción nuevas que se aplicaron a la Comunidad en el momento del FICIE, entre el 10 y el 25 de julio”.
El director del FICIE alaba que se tomaran medidas institucionales preventivas ante el aumento de los casos ya que el festival pudo adoptar las suyas de antemano. Así que suprimieron las proyecciones en la playa Arenales del Sol, un clásico veraniego y atracción para turistas; se volvieron a tomar medidas restrictivas como la reserva de asientos por Internet, voto del público por whatsapp, comunicación con la Concejalía de Emergencias de Elche y la Policía Local de un plano de la zona de proyección con entradas y salidas separadas por pasillo, desinfección constante de los aseos ubicados en la zona de proyección, mascarilla obligatoria, etc.
El director del certamen ilicitano no niega que hubo momentos de tensión con el público que a estas alturas de la pandemia sobrelleva un hartazgo que en ocasiones producen pequeñas explosiones de rebeldía. Sobre la ambivalencia de festival online o presencial, Sanchís no duda de que es lo segundo lo que debe regir el encuentro, lo que restó capacidad en sala que pasó de 1.000 a 350 personas pero que se ha recuperado este año con un aforo del 70% a 700 personas. Lo que también es una certeza para el festival de Elche que aunque estudian el formato híbrido, quieren ofrecer una buena experiencia al público y a la industria del corto; “queremos innovar y no copiar”.
Festival Internacional de Cine de Reus (Memorimage). Solo archivos, por favor.
Entre los festivales peculiares destaca Memorimage. Las obras cinematográficas que se presentan a este certamen deben ser construidas obligatoriamente con imágenes de archivo. La propuesta es potenciar la recuperación de imágenes para nutrir los filmes y salvar la fragilidad de la memoria.

Cartel de MEMORIMAGE 2020
El cariz que tiene el Memorimage, según relata Helena Sardà Basora, del Institut Municipal Reus Cultura (IMRC), es mostrar cortometrajes utilizando imágenes de archivo “para dar valor a la conservación y recuperación del patrimonio audiovisual”. La UNESCO lo ha reconocido con el calificativo de interés cultural y “para Reus representa un punto de encuentro de profesionales, aficionados y público en general, además de los beneficios indirectos que supone dar a conocer la ciudad y su patrimonio cultural, gastronómico, arquitectónico y festivo”. En él participan más de 30 profesionales y más de 3.000 personas de público de todo el mundo.

El Memorimage agrupa proyecciones de estrenos mundiales, films hallados e inéditos y otras actividades como talleres, jornadas profesionales y debates. “Es un festival aglutinador de proyectos del territorio catalán e internacional y sus presentaciones se exportan después a otros festivales de cine de temática diversa”, resume Sardà.
¿CINE EN LA ESPAÑA VACIADA?
En esta disparidad de encuentros no faltan algunas iniciativas que parecen una anomalía. Un festival en un pueblo del interior de la provincia de Alicante que tiene tan solo 70 habitantes. Y es más, solo es una pedanía que pertenece al municipio de Confrides. Su término urbano es tan breve que solo tiene cinco calles y tres de ellas se denominan calle de Arriba, calle de Abajo y calle de En Medio. Pura sabiduría popular. Ahora bien, cuenta con uno de los trinquetes más antiguos de la Comunidad Valenciana, datado en el siglo XVIII.

Pues bien, al alcalde no se le ocurre otra cosa en este año de pandemia que organizar un encuentro cinematográfico en el año de pandemia porque dejando atrás cualquier chanza hay que tener en cuenta que el Abdet recibe numerosos turistas durante el verano y hay que crear cierta fidelización con actos lúdicos como estos al frescor de las noches de verano en la sierra.
Así que la España vaciada cobra aquí una pérdida de sentido momentánea. En esta convocatoria se han presentado más de 500 películas a concurso provenientes de todo el territorio, algunos de los cuales participaron en los Goya, una cifra abrumadora y totalmente inesperada según el alcalde Rubén Picó.
El festival que ha tenido el apoyo de la Diputación de Alicante se celebró en formato presencial los días 18 y 19 de junio, y cumplió con todas las medidas de seguridad frente a la Covid-19, el público contento y con ganas de repetir el próximo año, y los organizadores satisfechos por el impacto en redes sociales, crítica y repercusión en los medios de comunicación.

El Festival de Cine L’Abdet ha contado con un jurado notable integrado por los actores Ferrán Gadea y María Minaya y el guionista y compositor Paco Enlaluna.
El primer premio fue para el cortometraje Coque dirigido por Miguel Ángel Faura y Juanma Falcón. Segundo premio para el corto de animación Roberto, dirigido por Carmen Córdoba, Y el tercer premiado fue el cortometraje Distancias bajo la dirección de Susan Béjar. Además uno de los objetivos perseguidos fue cumplido, la ocupación hotelera en esta zona qe cuenta con una buena cantidad de casas rurales y hoteles con encanto superó las expectativas y rebasó las vistitas del anterior verano.
El Festival más pequeño del mundo.
Pero El Abdet no está solo, antes Ascaso le había tomado la delantera. Este año celebra el décimo aniversario de lo que denominan con certeza el Festival de Cine más pequeño del mundo, en una aldea que tiene solo siete habitantes. Pero la cantidad no resta importancia a un certamen que este año inaugura el propio director del Festival de Cine de San Sebastián, José Luis Rebordinos.

A finales de agosto la aldea se convertirá en punto de encuentro para disfrutar de la experiencia cinematográfica. Pero no es sola esta la cuestión, el encuentro nació y sigue promocionando la vertebración de un territorio, el del Alto Aragón,difícil de transitar y que tiene en este evento un encuentro social y teritorial en el entorno rural.

Más cerca y resistente. Festival de Cine de L´Alfàs del Pi.
El certamen ha cumplido 33 años y la pandemia no ha restado protagonismo a este certamen que tanto el pasado año como en la última edición ha podido replicar sus contenidos sin demasiadas objecciones. Eso sí, con la puesta en marcha de medidas higiénicas y de seguridad obligatorias. Con un auditorio que iba del 30 al 70 por ciento de ocupación, según la incidencia de la pandemia, con tomas de temperatura, gel de manos, entradas y salidas señalizadas, toma de temperatura y registro nominativo y telefónico de los asistentes por si se hubiera necesitado un posterior rastreo por la localización de un contagio.

En esta ocasión el Faro de Plata fue a parar a Mindanao, de Borja Soler; el segundo premio fue para el corto El silencio de las flores, de Julio Mas Alcáraz; y el tercero, para Difer3nte, de Claudia Bolte. El premio al mejor corto dirigido por mujeres se lo llevó Imposible decirte adiós, de Yolanda Centeno.

Luis Larrodera, director del Festival de Cine de L´Alfàs: “Apoyamos al cine español al 100 por ciento porque la situación es dramática”
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- La pandemia ha traído nuevos modos de asistencia a salas ¿cómo ha afectado al festival?
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- El año pasado nos impidió realizar varias de las actividades que teníamos previstas, además de obligarnos a reducir la programación, ya que había que desinfectar la sala despuès de cada proyección y eso complicaba que hubiera los mismos pases que otros años.
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- ¿Cómo afecta el control de la salud pública al producto cultural en general y al de festivales en general?
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- Principalmente en el aforo, que se ha reducido (aunque este año, afortunadamente, se ha recuperado bastante) y en el control en el acceso a las salas. El año pasado, por ejemplo, teníamos alfombras desinfectantes a la entrada, colocamos dispensadores de hidrogel, realizábamos el control de temperatura a cada espectador y tomábamos sus datos, siguiendo la normativa vigente entonces. Este año hemos cumplido con las medidas propuestas. Ante todo, cultura segura.
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- ¿Qué cambió en el último certamen de L´Alfàs a raíz de las nuevas condiciones?
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- Se decidió preparar una programación muy ajustada en cuanto al número de películas que proyectamos, siendo todas ellas películas españolas. La situación de la indutria en nuestro país era dramática, y creímos oportuno dedicar la edición a apoyar a nuestro cine al 100%.
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- Háblame de lo que significa el festival en el conjunto de certámenes españoles…Idiosincrasia, marca que le diferencia, etc.
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- El Festival de L´Alfàs del Pi es uno de los festivales más veteranos de nuestro país. A lo largo de más de tres décadas, por él han pasado muchos de los nombres más importantes de nuestro cine. Es un festival con un ambiente muy familiar, durante el que poder disfrutar de todo lo que L´Alfàs del Pi ofrece al visitante: sol, mar, una gastronomía maravillosa; y, por supuesto, un festival, en el que ver mucho cine. Uno de nuestros rasgos propios es la apuesta por el cortometraje nacional(todos los cortometrajes que se presentan son españoles) además de ser uno de los festivales que más dinero reparte entre los cortometrajes premiados cada año.
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- Breve evolución desde que nació hasta ahora ¿No crees que la intromisión de las televisiones en la producción ha perjudicado a la esencia e independencia del cine?¿qué opinas?
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- El Festival de L´Alfàs del Pi fue de los primeros en aparecer en España, lo que le convirtió en una de las citas esperadas cada año. Con el paso del tiempo, se ha ganado una reputación de festival en el que se trata con mucho cariño a sus invitados, y en el que se puede disfrutar de cine de calidad. Su Faro de Plata es uno de los reconocimientos de mayor prestigio de nuestro país. Mantener estas señas de indentidad son las que nos motivan cada año a la hora de preparar cada nueva edición. Es cierto que en los últimos años no hemos conseguido programar algunos largometrajes cuyos derechos pertenecen a algunas de esas plataformas, pero afortunadamente, podemos seguir consiguiendo el acceso a largometrajes de calidad que se producen al margen de ellas. Para mí, una de las cosas más importantes es que los alfasinos y alfasinas se sientan orgullosos y orgullosas de su festival.
Antonio Gil Aparicio, director de SECiNDI (Semana de Cine Inclusivo y Discapacidad)
Organizado por la Fundación CB, entidad que centra sus esfuerzos en apoyar la cultura, la educación y la acción social en Extremadura; siendo esta última uno de sus pilares fundamentales y dirigido por el cineasta Antonio Gil Aparicio. Se celebra en Mérida del 4 al 9 de octubre. El eje central de SECiNDI, es una Muestra de Largometrajes y un Certamen Internacional de Cortometrajes, cuya temática gira en torno a la discapacidad. También se realizan actividades paralelas, como talleres, exposiciones y coloquios. Del mismo modo, SECiNDI realiza actividades cinematográficas puntuales a lo largo del año, en torno a la discapacidad en colaboración con organizaciones, instituciones y las asociaciones que se preocupan de hacerlas visibles.

SECiNDI es la Semana de Cine Inclusivo y Discapacidad que tiene como objetivos promover y dar representación a la discapacidad en el cine y al mismo tiempo, acercar el cine a las personas independientemente de sus capacidades de forma que puedan disfrutar de las proyecciones sin barreras promoviendo la igualdad de oportunidades. Utilizando para ello las tecnologías a nuestro alcance como la audiodescripción, subtitulado y mochilas vibratorias para sordos, intérprete de lengua de signos, bucle magnético y un edificio y sala de proyecciones accesibles. Además, todas nuestras proyecciones van precedidas de una presentación a cargo de un especialista en el tema de discapacidad que trate la película para situar al público en contexto.

¿Cuál es el leit motiv de este festival?
Cine accesible para todos, desde la creación hasta la exhibición de películas.
¿La aspiración de inclusividad resta calidad a los cortometrajes?
Que la temática de los cortometrajes gire alrededor de la inclusión o la discapacidad, no resta para nada la creatividad de los cineastas. Al contrario, creo que permite contar un conflicto y transmitir emoción. El verdadero planteamiento es cómo estamos representado la discapacidad en el cine, o cómo se sienten representadas las personas con discapacidad en el cine, no siempre tienen que ser historias cuyo eje principal sea la discapacidad, sino que estas personas, formen parte del elenco de actores que interpretan un personaje integrado en la historia.
¿Qué perfil de público tenéis?
Tenemos un publico muy variado. Desde personas con algún tipo de discapacidad, publico general que se interesa por la programación y por la temática, jóvenes de centros educativos y personas de las asociaciones de Discapacidad. Las edades varían, pero pueden oscilar entre los 16 y 80 años. Hemos tenido experiencias con público que ha venido a una proyección con un posterior coloquio, donde ha encontrado respuesta a su problema y eso nos ha hecho ser un festival útil.
¿De qué manera ha afectado la pandemia al visionado? ¿habéis optado por el online el pasado año o lo vais a hacer en este?
La pandemia fue un duro golpe para el Festival el año pasado, en principio desde la organización se pensó en cancelarlo hasta que mejorara todo, pero decidimos que teníamos que hacerlo, aunque fuera más reducido, virtual, o mixto, definitivamente lo pudimos hacer presencial en un formato reducido de 3 días de los 6 que suele durar el Festival. La experiencia fue muy buena porque pudimos tener al público presencial, con todas las medidas y protocolos sanitarios y no tuvimos ningún problema. Utilizamos la parte virtual para poder realizar los coloquios con los directores y actores de las películas que programamos, como “Uno de los nuestros” de David Ilundáin, protagonizada por David Verdaguer, los tuvimos a los dos, uno desde Zaragoza y al otro desde Barcelona en directo en la sala de proyecciones, una vez terminó la película, donde el público podía interactuar con ellos y participar del coloquio. También utilizamos la parte virtual, al principio, nada más declararse la pandemia, con las actividades que hacemos puntualmente durante el año, concretamente ofrecimos la posibilidad de visionar a través de nuestra web, www.secindi.com los cortometrajes ganadores del pasado año y también un documental, esto sirvió para mantener el festival vivo y también para que el público pudiera disfrutar de estos trabajos en esos días que no se podía salir de casa.
Para este año, recuperamos los 6 días de programación del 4 al 9 de octubre, será presencial, aunque no descartamos alguna intervención virtual, pero sobre todo a la hora de tener a los protagonistas en los coloquios, las proyecciones serán todas presenciales, tanto las matinales para los centros educativos, como las de tarde para el público en general.
¿Cómo trabajáis los aforos?
La sede de SECiNDI, es el Centro Cultural Santo Domingo de Fundación CB en Mérida, pertenece a la entidad que organiza el Festival la FUNDACIÓN CB y tiene un aforo de 230 espectadores. Tenemos habilitada una fila para personas en silla de ruedas. El año pasado tuvimos que utilizar un 40% del aforo total, para este año está previsto, mientras no cambien las medidas, que el aforo sea al menos del 75%.
Háblame sobre la accesibilidad y el hueco que rellenáis con este certamen.
Creo que SECiNDI, cubre un hueco importante en la sociedad, en Extremadura es el único y en España hay muy pocos, acercando con el cine un tipo de películas que de otra forma no llegarían al público y sobre todo que personas que tienen algún tipo de discapacidad que les imposibilita ir a una sala comercial, pueda disfrutar del cine en pantalla grande como cualquier otra persona.
En este sentido estamos muy contentos porque SECiNDI, en tan solo sus tres ediciones ha recibido el reconocimiento con dos premios relacionados con la accesibilidad, el Premio OTAEX a la accesibilidad en 2020 y el Premio en la categoría de Arte y Cultura de los V Premios Escúchame! 2019. Además estamos siendo invitados por otros festivales internacionales como el TODOS SOMOS DIFERENTES de Chile, o el WE CAN FEST de Colombia, donde se plantea la iniciativa de traer a discusión la temática, desde la mirada de los festivales de cine, como estrategia de transformación social a través del desarrollo de propuestas de inclusión que influyen en la gestión de impacto a audiencias y evidencian cambios en el acceso, tanto de consumo cultural como de desarrollo del sector de manera amplia e inclusiva.
Agradecimientos: No podemos dejar de nombrar en este apartado al alma máter del Festival de Cine de L´Alfàs del Pi, Javier Pascual, que ha llevado adelante este proyecto durante años y que nos puso en contacto con el actual director, Luis Larrodera. Gracias, Javier.