CULTURA: ENTRAR EN EL REBAÑO O ENCONTRARSE A UNO MISMO

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Al hecho de subvertir a la cultura  y el arte a un segundo plano, se une ahora la crisis derivada de la pandemia del covid que ha puesto en la cuerda floja al sector. Algunos museos han convertido la crisis en oportunidad pero los datos certifican que son 72.000 equipamientos perdidos a nivel global

Enfrentarse hoy a la cultura de manera neta es algo complejo como ser individual. Llevamos detrás aprendizajes y nos llegan de forma constante mensajes sobre cómo debemos pensar y procesar la información. En el entorno de la Comunidad Valenciana vemos ofertas programáticas que varían entre sí pero que de manera general responden a los deseos de los que gobiernan como una forma de cubrir un papel vacío y como técnica de ofrecer un producto. No vamos a entrar en algo tan nombrado como la sociedad del espectáculo pero es verdad que algunos centros culturales se han convertido en verdaderos parques temáticos. Veremos de salvar algunos.

Me contaba hace unos días una conocida un hecho muy ilustrativo. Habían organizado en su ciudad una exposición pictórica de un alto valor artístico, pero había algún cuadro que expresaba un momento y una vivencia dura a través del desgarro y el oscurantismo. Pues bien, el concejal de turno viendo la obra consultó a sus allegados si ésta molestaría al resto de la Corporación que vendría a la inauguración…Esta es la valoración de lo artístico que hacen algunos políticos y no es una salvedad si no que ocurre todos los días, una censura “in situ” de la libre expresión, con tintes moralistas e ignorantes.

CCCB: ARTE Y CULTURA SIN TAPUJOS

Aún tenemos estos “guardianes de la moralidad” pero también un uso afortunado de la cultura. El paradigma contrario a este hecho extemporáneo para mí es el Centre de Cultura Contemporánia de Barcelona (CCCB). Su  programación se enquista en todas las áreas y compromete a artistas, alumnos de Secundaria y otros sectores haciendo del arte algo participativo y con una didáctica de lo más saludable. Precisamente una de sus colaboradoras, Liliana Arroyo, doctora en Sociología, hablaba hace unos días de la “miopía cognitiva” y al respecto subrayaba que “tomar conciencia de los sesgos que gobiernan nuestros día a día no nos ayuda a escapar de ellos pero nos permite decidir si actuamos en piloto automático u otorgamos un mayor espacio a la reflexión”.

Mientras en algunas partes de esta provincia tenemos que consumir exposiciones derivadas a alguien muy considerado por el político de turno o a tragar productos turístico-culturales, en el CCCB caminan por otros derroteros. Me impactó el título del curso “Universo eutópico. Creación colectiva de un entorno de realidad virtual”. Se trata de un proyecto de formación para jóvenes entre 18 y 25 años en el que se imaginan posibles futuros que nacen de las experiencias y deseos, una formación en herramientas digitales dentro de la creatividad y el arte. Y aquí creo que seguimos con los cursos de Photoshop…

MACA: MUCHO CON POCO

Desde Alicante nos llegan buenas noticias y es que se puede ofrecer una programación idónea con pocos recursos. Así lo confirma la conservadora y responsable de las colecciones del Museo de Arte Contemporáneo de Alicante (MACA), Rosa María Castells. Recogemos sus declaraciones a Arte Informado, y es que el museo desde su creación ha contado ya con la colección permanente donada por Eusebio Sempere “por su afán democratizador del arte”. También han donado otros notables como Michael Jenkins, socio de la galería neoyorkina Sikkema Jenkins & Co y su pareja el historiador de arte alicantino Javier Romero, que han colaborado con 300 piezas de 155 artistas.

Esta colección, según Castells, es una de las noticias culturales más importantes para la ciudad en los últimos años y completa la vertiente internacional del museo. El círculo se cierra con la valoración de la conservadora y que describe al público que va al MACA como “alguien que sabe a lo qué viene, y sabe que viene a ver algo de calidad”.

LA NUCIA: VUELVE LA EMOCIÓN

En un municipio con menos de 19.000 habitantes podría parecer un descalabro construir el Auditori de la Mediterrània, con capacidad para 500 personas. El caso es que no ha sido un monumento a la nada y se ha llenado de contenido en estos 15 años de vigencia. Teatro, música y danza jalonan un espacio que se sacrificó en 2020 a la pandemia y cuyo presupuesto pasó a servicios sociales.

El resto de las temporadas cuentan con una apretada programación que combina obras teatrales comerciales con otras más personales y conciertos de personajes ligados a la localidad con otros más internacionales. También hay rellenos con homenajes a músicos legendarios de la escena rock pero que atraen con sus canciones versionadas y su montaje explosivo. La idea es, según su director Francesc Sempere, conectar con “espectadores variados”. Por otro lado, nombrar la loable idea de la puesta en marcha del Centro de Perfeccionamiento Franz Listz, que promociona a los jóvenes talentos musicales.

FINESTRAT: LA CASA DE CULTURA COMO EPICENTRO

En Finestrat el núcleo de reunión desde los años 90 en que se construyó es la Casa de Cultura. Por allí pasan casi todos los actos forzosamente menos los que en verano se celebran al aire libre en el Auditori de El Castell donde tienen lugar las jornadas dedicadas al jazz. La Casa de Cultura sirve de base para las asociaciones musicales y alberga también un museo donde se realizan visitas de escolares para las diversas exposiciones itinerantes. Este acercamiento al arte se complementa con el Centro de Formación del Bulevar con clases de pintura para niños y adultos.

VILLAJOYOSA: EL DINAMISMO DE VILAMUSEU CON PAPEL HIGIÉNICO COMO VESTIGIO

El entusiasmo marca el trabajo del grupo que conforma Vilamuseu, un museo arqueológico donde la “tormenta de ideas” parece continua. Su máxima durante la pandemia ha sido la “resiliencia” según su director, Antonio Espinosa, y aprovechar de manera positiva la situación desastrosa en la que dejaba a la cultura y a los museos en particular. Así que se pusieron las pilas y entraron de lleno a las redes sociales con la presentación diaria de una pieza arqueológica al día, el crecimiento fue exponencial y la participación se multiplicó por seis. Se hicieron directos por Instagram de una actividad puntual como “Festum Alonis”, festival anual de recreación histórica. Esta vez los participantes contaban la historia a través de los directos.

Además, desde el departamento de Difusión que lleva Carmina Bonmatí, se estableció dar a conocer las colecciones en redes a diferentes tipos de público y fomentar la participación del público local, ya que hasta ese momento el público objetivo del museo eran los estudiantes desde Infantil a Bachillerato.

La presentación de una pieza cada día, relatando su historia y su contexto dio lugar a un gran interés después de haber comentado 40 piezas y como consecuencia cuando se levantó el confinamiento los visitantes acudían para ver las piezas presencialmente. Y durante el encierro también surgieron nuevos retos para incentivar la curiosidad por el museo y de ahí nació “Memorias de la Covid-19” . Un apartado fue “Graba la historia” donde se pedía a los vileros que grabaran los aplausos de las 20 horas, se recopilaron 250 vídeos lo que ofrece una panorámica del municipio a esa hora para la filmoteca del futuro. Después recogieron pancartas, gel hidroalcohólico o equipos de EPI. También paquetes de papel higiénico y levadura, dos objetos de deseo como todos sabemos en esas jornadas y que “nos dice cómo funciona la sociedad en tiempo de crisis”, dice Espinosa. Y recalca que “dentro de 50 años se hará una exposición con todo ello y es que hay una lección histórica que es que el patrimonio lo estamos creando todos los días”.

En el mismo tono que les guía de aprovechar las circunstancias idearon las visitas virtuales para los colegios mediante webex, con recorridos a la carta que se preparan antes con el docente correspondiente y la edad de los alumnos del aula. Siempre adaptándose a las restricciones de cada ola del virus, Vilamuseu ha ido sumando opciones como la de  Vilakids, un programa de talleres otra vez para niños. De manera on line se introduce a los estudiantes en las piezas del museo contando historias del mito de Aracne o de Penélope y Ulises y aquí tiene parte importante la educadora Rosa Davó.

El resultado de esta experiencia ha tenido su continuidad en el mundo presencial. Las personas se han visto atraídas por lo visto en redes y se han acercado a Vilamuseu para observar en directo las piezas. Se rompe así, según su equipo, “la barrera de la puerta” y crece el flujo de visitantes locales que nunca habían entrado al centro. Para Espinosa es clave lidiar con las oportunidades que provocan crisis como la sanitaria, que ha puesto en jaque a la cultura y sobre todo a los museos “porque fuimos los primeros que abrimos al público y fuimos conejillos de indias, pero los pequeños centros supimos abordar la situación con la puesta en valor de las TIC y las redes sociales”.

BENIDORM: DE LA BOCA AL TOSSAL

La cultura en Benidorm no arroja grandes cifras. Con dos museos y una adaptación para visitas del fortín romano de El Tossal, la ciudad despliega modestamente su muestra de arte. Otra cosa es el Centro Cultural, un edificio de medidas grandiosas, que aún espera la entrega de muebles, y donde solo se ha ubicado por el momento el Conservatorio de Música. Aún hoy es un monumento vacío a la espera de dar contenidos y dinamización, esperemos que cultural.

La Boca del Calvari es la espina dorsal de las exposiciones donde se combinan artistas reconocidos internacionalmente y artistas locales con proyección además de albergar algunas muestras no relacionadas con el arte sino con actos festivos o religiosos locales.

Por la Boca han pasado “La mirada del otro. El retrato contemporáneo de la pintura alicantina” (694 visitas); del fotógrafo local “Quico. Pasión desordenada”(3.102); “El turista accidental” (4.100), que dio cabida a las fotografías del prestigioso Martin Parr; y de repente, giro inesperado para acoger a las fiestas locales con “50 años de las reinas y de la representación del Hallazgo de la Virgen” (3.494). La Boca del Calvari es un pequeño pero espacioso edificio ubicado entre dos públicos: los residentes y los turistas, lo que ha condicionado el tipo de público que asiste, muy popular y, en su mayoría con poco bagaje museístico. La Boca, sin embargo, podría ser la pequeña joya de la Corona.

Más popular es L´Hort de Colón, una casona con jardín cedida por los hermanos Llorca al pueblo de Benidorm. El lugar ha estado cerrado durante meses por las restricciones impuestas por la pandemia y da cabida cada año al Belén de Navidad así como a conciertos veraniegos de bandas de música locales en su jardín. Tuvo 6.624 visitas.

Benidorm ha querido estimular el arte urbano y para ello ha comenzado a consolidar exposiciones con soporte en mupis y que han recopilado muestras de fotógrafos aficionados de la provincia de Alicante, fotografías de José Carlos Bernabeu, de Valiente Verde, fotografía subacuática o de ilustradores. La estrella fue sin embargo el artista taiwanés Hung Yi. La exposición, denominada “Galaxia Hung” mostró 14 esculturas de gran formato inspiradas en las tradiciones de Taiwan. Su tono tremendamente colorista y popular ha perpretado una perfecta simbiosis con el modo de vida de la ciudad del turismo.

Otro eslabón de la cadena en la que ahora se centra la promoción del Ayuntamiento es El Tossal de La Cala, un yacimiento situado en un cerro de 100 metros que cierra la ciudad por su parte oriental. La Universidad de Alicante realiza excavaciones desde hace más de diez años en este “castellum” que mandó construir el general Sertorio para fortificar la costa sobre el años 77 a.c. El lugar se ha ido musealizando en varias fases y se puede recorrer de manera individual o mediante visita guiada. El total de asistentes el pasado año fue de 45.629 personas de las cuales 270 fueron guiadas, 80 de profesionales (atención a prensa o influencers de arqueología) y 120 pertenecen al proyecto de difusión entre escolares.

L´ALFÀS DEL PI: CATÁLOGO PARA UN TURISMO CULTURAL

Este municipio se ha identificado desde hace muchos años con el cine y la música. Con el séptimo arte por su festival de cine cuyo significado nos lleva al cine Roma donde todos los amantes del cine acudíamos a ver novedades que no tenían que ver con la gran industria. Y la música es otra de las llamadas al público y que viene de la mano de residentes británicos, alemanes o noruegos que apuestan desde pequeños por las sintonías clásicas.

L´Alfàs tiene un Catálogo de Servicios Culturales que encabeza con el lema “Hacia un turismo cultural de calidad” y que se sostiene en el acceso de la ciudadanía al arte y la cultura; el apoyo político “sin fisuras” a las mismas; el impacto de la cultura en la vida cotidiana de los ciudadanos; y la interconexión de turismo y cultura.

El mérito es que las pretensiones han tenido continuidad, con eventos que llevan celebrándose entre 20 y 33 años. Tenemos el Festival de Cine, la Mostra de Teatre, la Semana Cultural, Festival Internacional de Coros, Festival Internacional de Webseries, Festival L´Alfàs en Jazz, Festival Mozartmanía de música clásica…

En 30 años se han celebrado más de 8.000 actividades con una asistencia cercana a los dos millones de personas. Desde 1991 que empezó a realizarse la estadística y con 88.000 personas, hasta 2019 con 72.000 se constata una pérdida que también se debe al crecimiento de actos en otros lugares de la comarca. Lógicamente hay un retroceso importante en 2020 por el covid y el pasado año comienzan a recuperarse cifras.

ALTEA: EL PALAU PIERDE FUELLE

La localidad siempre ha estado unida a los caminos artísticos y culturales, siendo lugar donde se han concentrado músicos y pintores. Su idílica estampa se completó hace unos años con el Palau Altea con una andadura prometedora por sus conciertos y actuaciones. Pero el paso de los años ha restado valor a un lugar que podía haber sido centro cultural de la Marina Baixa.

Su aforo, de 913 personas, pone los límites muy altos. Además, la interconectividad entre centro y sociedad se supone lejana, incluso con entidades que están en el mismo campus como la Facultad de Bellas Artes de la Univesidad Miguel Hernández. No sabemos qué ha ocurrido en los últimos tiempos -porque tampoco nos facilitan datos- pero la programación ha ido deambulando con diversos ritmos a medida que la gestión cambiaba de manos.

CASTELLÓN VIRTUAL

Precisamente la unión entre turismo y cultura tan presente en nuestra región se consolida a través de algunos portales como el de castellonvirtual.es, una empresa que sirve de medio de información de todas las actividades y servicios que hay en la zona. A las noticias y segmentos deportivos o gastronómicos se suma la actualización de los actos culturales y los lugares que se pueden visitar. Una forma dinámica de comunicar los servicios y novedades para los visitantes o residentes.

MÁS DE 11.000 CENTROS CULTURALES CERRARON EN EL MUNDO

Y nadie mejor para hablar de las heridas a la cultura durante la pandemia que José Morán, licenciado en Historia, arqueólogo y vicepresidente de la Asociación Científico-Cultural Lebes Universidad de Alicante. Según su estudio, en estos dos últimos años 72.000 equipamientos se han visto afectados. Durante 2020 cerraron a nivel mundial: 21.928 bibliotecas, 11.304 centros culturales, 7.516 museos y 6.908 teatros.

 

José Morán en el Yacimiento arqueológico de Libisosa/ Lezuza /Albacete

El sector cultural es uno de los que más está sufriendo las consecuencias de la pandemia, según relata Morán, lo que “dificulta y debilita aún más la difícil situación de miles de trabajadores autónomos y por cuenta ajena, así como de las pequeñas y medianas empresas a las que pertenecían o pertenecen que intentan conseguir algo de oxígeno que les mantenga a flote en esta más que difícil situación”.

Morán nos remite al análisis de la multinacional Ernst & Young, La reconstrucción de Europa. La economía de la cultura y la creatividad antes y después de la COVID-19. En 2020 los ingresos totales producidos por el sector de la cultura cayeron de 643 a 444 mil millones de euros, lo que supone una caída de más del 30% en un año. Esto hace que la industria cultural sea el sector más afectado por la crisis sanitaria tras el transporte aéreo, con una caída de algo más del 31%.

Según la opinión del historiador tanto la UE como en nuestro país se han intentado paliar las circunstancias con aumento presupuestario o algunas acciones como el Bono Cultural Joven, aprobado por España, dotado con 210 millones de euros, o el refuerzo de la UE del programa Europa Creativa, con un aumento de 600 millones de euros lo que eleva a 2200 millones el programa de fondo europeo. “No obstante las pérdidas económicas alcanzan los miles de millones de euros y detrás se esconde la precariedad y la desesperación de millones de personas”.

Nuestro entrevistado deja claro su apoyo -que denostan otros sectores políticos- a la existencia de subvenciones con el argumento de que son relevantes para “el crecimiento social, económico, cultural e intelectual de las sociedades. La inversión en cultura favorece el acceso de la población, a la vez que contribuye a la reactivación y al crecimiento económico generando nuevas obras, productos y servicios relacionados con la creación cultural y beneficia tanto a la sociedad como a las entidades que las han apoyado, mejorando su imagen”.

Pero Morán se cuestiona si los líderes políticos y grandes inversores del planeta “serán capaces de ver a la industria cultural y creativa como una poderosa herramienta social, económica y cultural con potencial de futuro que necesita de una importante inyección económica que le ayude a remontar el duro revés de la crisis, y que contribuya a mejorar el escenario social, cultural y económico pospandemia. O si la cultura seguirá siendo el eterno sector olvidado y relegado a la cola de las políticas de reactivación y visto como un ámbito precario y poco interesante desde el punto de vista económico y social. Esperemos que sea la primera opción”.

En cuanto a la reflexión que abrimos al inicio de este reportaje sobre la cultura de masas, producto cultural, arte en sí mismo, etc, vamos a repensar y retomar estas cuestiones para un próximo artículo ya que es una cuestión que merece más que tres frases. Ahora bien, me gusta y suscribo lo que dicen Los Planetas en la presentación de su nuevo disco: “No me interesa el arte que es cómplice del sistema, ni los artistas que tratan de trepar. Esperemos que haya pronto un sistema más justo que nos permita ser un poco más libres”.

¿Y, por cierto, qué pasó con el cuadro que dijimos al comienzo del reportaje que podía molestar a alguna asociación bien pensante? Finalmente se colgó en la pared.

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