La reducción del IVA y del IPC auguran una buena campaña de Navidad

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Los últimos años hemos estado inmersos en una crisis que ha afectado de manera contundente a los precios al consumo. Primero la pandemia y después la guerra en Ucrania desataron que el IPC se disparara a máximos niveles. Desde hace unos meses la situación ha cambiado, con un índice en el precio de alimentos que refleja en algunos casos una estabilización lo que lleva a prever una buena campaña en el sector de la alimentación, según cadenas de supermercados y pequeños comercios.

Según el presidente de la Asociación de Supermercados de la Comunidad Valenciana (Asucova), Pedro Reig, es notorio que “la inflación ha afectado a los precios en los últimos años, lo que ha hecho que el consumidor se incline por la marca blanca”. En este mes de diciembre hay una estabilización del IPC “y la subida de costes está por debajo del 5%, lo que nos lleva a pensar que vamos a tener una buena campaña de Navidad”.

Reig incide también en explicar que, aunque los precios deriven a la baja, los costes inherentes a la elaboración del producto no lo hacen en paralelo. En el lado positivo enumera las medidas que se implantaron para la reducción del Iva en algunos productos. Aunque bien es verdad que alimentos como la carne y el pescado, a unos precios elevados, hubieran requerido también “de una aplicación de disminución de ese impuesto”, añade Reig.

Marca blanca, el salvavidas

Todos los indicadores muestran que la situación de carestía alimenticia ha propiciado cambios en la demanda de los consumidores. El modo principal de afrontar estas circunstancias ha sido la elección de la marca blanca de los distribuidores para una mayor economía en la cesta de la compra. Reig también confirma este dato de apuesta de los clientes de los supermercados y su incremento en el último año.

Los datos de la consultoría Kantar reflejan que un 68,6% de los hogares prefieren controlar los gastos, ahorrar y prevenir. También se da una tendencia de menor número de cestas de la compra y esto va unido a una disminución de los productos frescos frente a la preferencia por productos envasados.

Asimismo, la carestía ha llevado a otros cambios en el consumo como el hecho de que el consumidor se fija más en los precios y se centra en los lineales. Ha crecido en cuatro puntos la clientela que visita diferentes tiendas para elegir los mejores precios, hasta situarse en un 49%. Aumenta en cinco puntos la tendencia del consumidor que compara precios entre diferentes marcas para elegir una, hasta un 62,7%.

Y aumenta en tres puntos la costumbre de tener en cuenta varias marcas de los estantes antes de realizar la selección del producto, con un 48,9% que lleva a cabo esta práctica. Con todos estos cambios en la orientación del cliente, la distribución ha reaccionado empujando su marca propia para defender su cuota de mercado.

Menos carne, pescado y frutas

Según Kantar, la estructura de la cesta de la compra se mantuvo, con menor peso del pescado, carne o fruta como consecuencia de sus altos precios. Lo que sí recalca el estudio es que 2023 comenzó con mayor consumo de huevos, pastas, legumbres, arroz, carnes y platos preparados y con precios superiores en el mes de marzo que en el mismo mes del año precedente. Entre los hipermercados, los de mayor proporción de promociones las mantuvieron y los descuentos este año aumentan su proporción de promociones.

Por todo ello, la consultora concluye que el consumo en los hogares se ha visto impactado por diversas situaciones no previsibles que han provocado la adaptación del presupuesto en alimentación. Además, continúa la tendencia de reducción en los actos de compra, son más pequeñas para controlar el gasto y con mayor presencia y se reducen los de mayor precio medio como carnes, pescados, frutas y verduras o el aceite.

De igual manera, los incrementos de precios de los alimentos sobre los mismos meses del año 2022 siguen siendo importantes, y en la misma línea en los primeros once meses del año.

Los hogares de menor renta dedican mayor proporción a alimentos y tienen mayor tasa de inflación

La variación interanual del IPC alimentario en Europa fue en enero de 2023 un +18,4% para el promedio de la UE y en España se situó ene 15,5%. Según el estudio de Asucova el factor fundamental del inicio de la actual crisis inflacionaria fue el incremento de los costes energéticos. El segundo factor serían los precios agrícolas en origen, a su vez condicionados por el aumento de ciertas materias primas como cereales o grasas.

Pero el principal elemento que encarece los alimentos es el de los precios industriales que afectan sobre todo a los elementos elaborados y que siguen situándose cerca de máximos.

Esta situación va conectada al hecho de que los hogares presentan diferentes patrones de consumo en función de su nivel de renta. Así la proporción del gasto en alimentos es mayor en los hogares de renta media y baja y va disminuyendo para los de renta alta. Como resultado, en la medida que los primeros hogares gastan mayor proporción de su presupuesto, experimentan una inflación más alta. Así, la inflación producida en el 30% de los hogares de menor renta habría sido del 11,3% frente a un 9,7% en el 30% de los hogares con rentas altas. Otro tanto similar ocurre con el gasto en electricidad, pero no así en el gasto en carburantes que tienen más peso en los hogares con más renta.

Las conclusiones del estudio especifican que la cadena de valor agroalimentaria es muy compleja debido a la fragmentación del número de operadores y el elevado número de eslabones que la configuran y a la diversidad de actividades específicas que determinan sus estructuras de costes y márgenes.

Y añaden que la rentabilidad media sobre ventas netas de los mayores fabricantes de gran consumo ha sido del 8,32%, mientras que la rentabilidad de los distribuidores minoristas ha estado en torno al 1,5%.

 

Para romper con esta dinámica el estudio propone palancas para mejorar la competitividad de la cadena agroalimentaria que se pueden agrupar en cuatro grandes conceptos de negocio. La valorización del precio final de venta del producto. Consolidación de operadores en cada eslabón de la cadena. Desintermediación a través de integradores de la cadena y eficiencia en cada eslabón de la misma.

Consum: precios competitivos

Entre las propuestas minoristas destacamos a la sociedad cooperativa Consum que enseguida nos facilitó datos para este reportaje. Según nos comunica la empresa, la política de precios para la campaña de Navidad es la misma que realiza la cooperativa durante el resto del año con los productos propios. “Realizamos una contención del margen para ofrecer opciones de compra asequibles para todos los bolsillos”, recalcan desde el departamento de Comunicación. En una realidad cambiante en la que las necesidades de los clientes se ven afectadas a nivel económico, Consum trata de adaptarse con una estrategia mediante la que el cliente pueda encontrar la mejor relación calidad-precio.

“Aspiramos a llegar a familias con diferentes necesidades. La preocupación por lo saludable está creciendo, y por eso revisamos la formulación de nuestros productos de marca Consum con la estrategia Naos (Nutrición, Actividad Física y Prevención de la Obesidad). Es en la demanda de los clientes por el producto fresco donde Consum se diferencia del resto de sus competidores, así como por el trato interpersonal, la elaboración individualizada y la trazabilidad, apostando por los productos de proximidad y de temporada.

La singularidad de la cooperativa en estos tiempos difíciles se centra en una cesta básica a precios asequibles “y queremos que la situación de inflación repercuta lo mínimo posible a nuestros clientes, pero no vamos a sacrificar la calidad por bajar los precios”, añaden. A pesar de que el modelo de negocio de Consum se basa en la variedad de marcas de fabricante, para que el consumidor elija lo que quiere comprar, así como en secciones de frescos “estamos en constante evolución de nuestra marca propia. El programa Mundo Consum favorece el ahorro y el descuento y las marcas de fabricantes responden con interesantes promociones para los clientes más fieles.

El supermercado espera una campaña navideña similar a la de 2022 porque, aunque la inflación se ha moderado, los consumidores se enfrentan aún a unos precios elevados. Con unos precios de origen incrementados según la cooperativa por el aumento del coste de las materias primas y la energía, aumento de los impuestos, del precio de los fertilizantes, la falta de agua y condiciones meteorológicas inestables.

En el gasto del cliente se recoge también aquí un cambio que es el mayor número de pases por caja, pero con menor tique medio. Y también, va ganando peso sobre la cesta global, la marca propia Consum que ya representa el 33%. Los productos estrella son los mariscos, el cordero, dulces de Navidad, cavas y espumosos.

Precios estabilizados y con repunte

En cuanto a los precios en el Mercado Municipal de Benidorm, hay variaciones según el producto. Según nos dice Paco Lledó en su charcutería se daban alza de precios a principios de enero, pero en esta campaña ya se han incrementado algunos precios. Por lo demás hay una estabilización de precios con bajadas para el salazón y subidas claras para los quesos o los patés. Un producto caro como el micuit que solo llega a la tienda en Navidad porque la demanda es pequeña, ha pasado de 100 a 140 € el kilo. Pero la clientela ha reservado ya productos caros que comprará con los bonos consumo que ha puesto en marcha el ayuntamiento de la ciudad y que va incentivar la compra en pequeños comercios como en otras ocasiones. De hecho, ya hay clientes que han reservado buena cantidad de jamón ibérico envasado al vacío que luego pueden consumir poco a poco y fresco con un alargamiento de su caducidad de hasta dos meses.

Hermanos Fuster es otra tradicional tienda del mercado especializada en carnes y embutidos. Su gerente describe un panorama muy positivo donde su comercio funciona mejor año tras año con las ventas. Su tipo de cliente es de nivel adquisitivo medio alto y compra mercaderías caras que son las que menos varían el precio. Antonio Fuster nos informa de que los quesos han subido porque hay déficit de alguna materia como la leche. Los precios en los productos caros varían en dos euros, en un jamón de marca en 1 euro.” Es en los productos baratos donde se centran las grandes subidas de precio. Por ejemplo, unos quesitos que están hechos básicamente de polvos y agua pasan de 7 a 14 euros el kilo. Y son también productos cuya materia prima viene de lejos, un 80% de los piensos vienen de Ucrania, pero los jamones que yo vendo son animales criados en el campo con piensos naturales”, dice Fuster.

En cuanto a las carnes, “el cabrito es un producto que se gasta mucho en Navidad y ha subido dos euros el kilo. Lo que sí ha subido es el cordero recental y el lechal pero es porque hay escasez”. El comerciante asegura que su cliente medio consume más o menos lo mismo en esta campaña que en la anterior “porque cuando quieren algo especial vienen aquí. Cada año busco productos nuevos que ofrecer, en esta ocasión he traído un brie trufado que está a 100 euros el kilo. Sí es cierto que mi clientela ha variado porque entiendo que algunos no podían comprar estos productos tan especiales por su alto precio y también influye lo poco accesible que es el mercado para venir en coche, pero hemos mantenido y crecido en ventas a pesar de todo ello”.

Acondicionarse a los precios

En contacto con el consumidor de la calle, hablamos con Paqui Barroso, una mujer trabajadora, casada y madre de una niña. “La verdad es que nos acondicionamos a mirar el precio, yo ya compré hace unos días una caja de gambón de dos kilos a 20 euros porque los precios se van encareciendo y en Mercadona te gastas ya 100 euros en alimentos indispensables que ni siquiera incluyen fruta, verdura o carne”.

“La verdad es que el gambón no me importa mucho cuál sea pero sí la carne y está muy cara así que utilizo los bonos de descuento municipales para comprar chuletitas de cordero y entrecots. Así que no me veo muy afectada por los precios, creo que hay que ir con un poco de idea a la compra, aprovechar las ofertas y coger cuando toca porque es una manera de ahorrar. Otra cosa son algunas personas mayores como mi madre. Ella con una pensión tiene que ajustarse más para comprar ciertas cosas y poder tener unas fiestas en las que no falten productos más o menos tradicionales.”

Jacqueline Meneses, otra trabajadora y ama de casa adulta joven nos cuenta las dificultades para una compra navideña ajustada. “Veo que los precios están muy muy caros. Nosotros somos cuatro en la familia y cenaremos asado de ternera, ensaladilla rusa y ensalada de lechuga y tomate. Antes compraba productos más especiales que me gustaban, no miraba los precios, pero ahora sí”.

 

Vinos caros para rusos y ucranianos

El sector de la distribución también es un medidor de los cambios de consumo. Desde Martínez y Sanz, empresa pionera en este campo, precisan que los hoteles son un consumidor muy lineal con pocas variaciones ya que trabajan por paquetes vacacionales. “Un vino tipo Utiel-Requena sigue costando unos 15 euros. Solo los cinco o seis hoteles de alta gama se salen de los precios estándar”, dice uno de sus comerciales.

También los vinos de alta gama están capitalizados por rusos o ucranianos que se dirigen a las grandes marcas que han pasado a costar de 35-40 euros la botella a 50.-60. Todo ello produce una escasez, según relata este mismo comercial de Martínez y Sanz. En cuanto a los menús de empresa han pasado de 30 euros con un vino crianza incluido a 34 euros aunque se están dando menos peticiones de vino de alta gama. Y el caso es que en estas fechas hay también más demanda que producción.

Aceite de oro

El caso más llamativo entre los productos de primera necesidad es el del aceite de oliva, que se ha duplicado en un año, pasando de 3,57 euros/kilo a 7,10 euros/kilo (un 98,8% más), según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, que achaca este incremento a la sequía y al precio de los fertilizantes o costes de producción.

Desde Asucova tienen claro que es debido a la sequía “y si hay menos oferta sube el precio; y lo suben quienes lo producen y almacenan, las almazaras. Y luego eso va en cascada a toda la cadena”, puntualiza el presidente Pedro Reig. “El problema del IPC, del aceite y de los precios de los alimentos es que sólo vemos el producto en el lineal y pensamos que ahí pasa todo, cuando desde la materia prima hasta el lineal hay una cadena muy larga e influenciada por muchos factores, desde luego también los intermediarios tienen un papel crucial”.

En todo caso, este año todos prevén una buena campaña de cesta navideña, mejor que la del pasado año. En los últimos meses el IPC se ha moderado con un IPC general en el mes de noviembre del 3,2%, tres décimas menos que la registrada en el mes anterior.

Menús navideños y Cocina para disfrutar los fines de semana
 
 
Arrocería La Marina. Productos tradicionales de la zona
 
 
Restaurante El Buen Sabor. Productos españoles y latinos
 
Restaurante TAITA. Cocina mediterránea y productos de temporada
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