Durante esta semana hemos vivido una de esas tardes que se quedan grabadas en el corazón. Queremos dar las gracias, de todo corazón, a Anémona, a las asociaciones de mujeres de la ciudad y a la Concejalía de Igualdad de Benidorm por regalarnos un encuentro tan especial, tan humano y tan necesario.
En ese espacio compartido, algunas de nosotras tuvimos la oportunidad —por primera vez— de descubrir uno de los proyectos más bonitos y generosos que Anémona lleva desarrollando desde hace años: la entrega solidaria de almohadas y bolsas para botellas de drenaje a las mujeres que en algún momento han estado hospitalizadas a consecuencia de un cáncer de mama.
Un gesto que va mucho más allá de lo material. Una muestra de afecto, acompañamiento y empatía que llega justo cuando más se necesita.
Cada una de esas almohadas, confeccionadas con mimo y dedicación por Anémona, está pensada para aliviar el dolor físico, pero también para sostener emocionalmente a quien atraviesa uno de los momentos más difíciles de su vida. Y cada bolsa cosida a mano lleva consigo un mensaje claro: no estás sola.
Durante la tarde, escuchamos testimonios que nos removieron, que nos hicieron mirar con más profundidad y que nos recordaron el valor inmenso del acompañamiento entre mujeres. Porque en cada puntada hay un abrazo, en cada entrega hay una red invisible de apoyo, y en cada sonrisa compartida hay una esperanza que se multiplica.
Desde aquí queremos no solo agradecer, sino también reconocer públicamente el trabajo incansable de Anémona. Su labor silenciosa, constante y comprometida deja huella en cada mujer que se cruza con ellas, en cada familia, en cada habitación de hospital donde llega ese pequeño gran regalo lleno de amor.
También queremos agradecer a la Concejalía de Igualdad de Benidorm por su implicación, por apoyar estos espacios de visibilidad y encuentro, y por tender siempre la mano a quienes más lo necesitan. Y, por supuesto, a todas las asociaciones de mujeres que estuvieron presentes, por seguir construyendo comunidad desde la sororidad y el compromiso social.
Este tipo de encuentros nos recuerdan que juntas somos más fuertes. Que cuando el tejido asociativo se une, se moviliza y se organiza, suceden cosas maravillosas. Y que el cariño y la empatía, aunque no curen, sí sostienen, alivian y sanan por dentro.
Gracias por enseñarnos el valor de los pequeños gestos.
Gracias por inspirarnos con vuestro ejemplo.
Gracias por estar.
